lunes, 29 de diciembre de 2008

comentario de la obra "mozart el niño monstruo"


"LOS MIL Y UN MOZART"

Siempre me ha llamado la atención el mundo del teatro, cuando pequeña participaba en obras del colegio, incluso dirigí una obra y actué en ella.
Pero nunca había visto una obra teatral por actores profesionales y siempre tuve el anhelo de hacerlo.

Cuando el profesor dijo que iríamos a ver una obra teatral me pareció fabuloso ya que por primera vez en mi vida podría apreciar una obra directamente, y ese anhelo que tanto esperaba al fin se cumpliría.
Pero el nombre de la obra no era muy llamativo. ¿Mozart? Por mi mente circulaban imágenes de un sofisticado músico alemán, personajes serios, vestuarios anticuados, lenguaje formal, realmente no tenía mucho interés en ir a ver aquella obra, pero lo tomé mas que nada como una obligación.

Cuando llegamos a la sala Andes con algunos de mis compañeros, nos dirigimos hacia arriba porque abajo se ubicarían niños más pequeños.
Mientras nos acomodábamos los actores ordenaban la escenografía, nos saludaron y preguntaron de qué colegio veníamos, me pareció muy grata la bienvenida ya que esa distancia de actor y público se quebraba.

Las luces se apagaron, se iluminó el escenario y comenzó el diálogo entre la pareja de actores. Yo pensaba que iban a ser más de dos personajes los que participarían en la obra, pero me sorprendí al ver que eran sólo dos, los cuales jugaban con distintos roles. El juego de máscaras lo hacia mas interesante y el lenguaje que utilizaban era de un Mozart chileno y no de un frío personaje como lo había imaginado.


La actriz interpretó siete personajes y creo que olvide por un lapso que era una persona la que jugaba con las diversas identidades, era muy admirable su trabajo ya que no cualquiera puede cambiar de personalidad tan drásticamente, aunque párese fácil no lo es. El personaje que más me llamó la atención interpretado por la actriz fue el de Antonio sarelli, si no hubiera visto a la actriz transformarse en el personaje hubiera creído que era un hombre el que lo interpretaba. Nunca había escuchado de aquél personaje hasta el día de la obra, pues todos hablan de Mozart y jamás del maestro que se esforzaba por componer música ya que lamentablemente no era un genio como Mozart, pero sus composiciones son fantásticas igualitariamente.

Me pareció interesante escuchar la música de Mozart en vivo, y sobre todo que un actor la interpretara ya que no es muy común encontrar un actor que también sea músico.

Disfruté bastante la obra ya que los actores no tenían un público exterior, si no más bien hacían un público interior que también participaba.

La obra no era como lo había imaginado, era totalmente diferente. Los juegos de roles, la forma de hablar, el vestuario de sofisticado no tenía nada, y esa espontaneidad era llamativa.
Si pudiera recomendarla lo haría de todos modos, aunque unos días atrás pensaba que era demasiado infantil al momento de escribir este ensayo me doy cuenta que las obras infantiles también pueden ser para adolescentes, adultos y ancianos, ya que todos llevamos un niño interior aunque a algunos les cueste demostrarlo más que a otros pues la apariencia es solo una cáscara y debemos sacarnos la idea de que lo infantil es solo para los niños ya que es un simple mito.

Al final de la obra el actor dijo que buscáramos nuestro genio que llevamos dentro y creo que aun no lo descubro al cien por ciento pero hago lo que más me gusta, la fotografía. Pienso que si le dedicara más tiempo y valorara más mi talento podría llegar a ser una de las mil Mozart en la fotografía, cosa que espero lograrla algún día de mi vida. Y bueno a través del tiempo iré descubriendo más Mozart en distintas áreas a las que me enfrente.


Me quedó gustando el mundo del teatro aunque nuestras vidas son una obra teatral ya que actuamos constantemente y simplemente no nos damos cuenta que todos los días vivimos una obra diferente. Pretendo no abandonar el mundo teatral ya que a lo largo de mi vida pretendo apreciar muchas obras, las que veré y las que viviré ya que los seres humanos somos actores dentro de una gran puesta en escena que es el mundo.

se levanta el telon

Muchas personas no valoran lo que tienen a su alrededor, algo tan simple como ir a pasear a la feria puede convertirse en un paseo maravilloso. Un mundo que se separa de la cotidianidad a unos pocos metros de nuestra ciudad, unos verdaderos actores Disfrazados de vendedores preparando un dialogo y escenografía para su público.

Los pescados al comienzo de la feria con su pálido color plomizo esperan la llegada de un comprador. Los observé detenidamente y sus miradas transmitían dolor. Si pudieran hablar y reclamar a los humanos o que tal si nosotros fuéramos pescados, y los pescados humanos es algo aterrador estar expuesto, ser comprado y consumido.
Ese agradable aroma a mar se mezclaba intensamente con un cítrico aroma que venia de la escenografía siguiente, un hombre con sudadera blanca de tez morena exponía su producto
“los limones, las naranjas lleve por acá caserita”. Me pregunté ¿le habrá costado trabajo ensayar este discurso?
En toda la feria se escuchaba un gran murmullo, cada cual con su dialogo y resultaba magnifico detenerse en una sola voz y escuchar el tono con que se emitía el mensaje y a sí cada actor lo hacía de manera tan diferente.

Avanzando por la feria comencé a observar los rostros de los actores y yo como público apreciaba las diferentes expresiones de éstos. Aprecie rostros cansados, rostros esforzados, rostros tristes y rostros felices, algunos rostros mimetizados con las frutas algo que resultaba muy gracioso.

Me detuve justo en frente de una escenografía donde vendían libros, los actores eran una pareja de ancianos, ambos usaban anteojos, sus cabellos eran grises sus contexturas eran delgadas de piel tostada. Esta escena realmente me llamó la atención ellos ofrecían sus libros de manera silenciosa, no eran como los demás, permanecían en silencio tal como lo es un libro, pero sus añejos cuerpos y complicidad dejaban abiertamente que sus largas vidas estaban llenas de misteriosas historias.
Seguí mi camino y comencé a observar las naranjas en un comienzo de la feria eran de un color intenso ahora su tono se había deteriorado confundiendo fácilmente las pálidas naranjas con limones. Las manzanas que por algún lugar eran bastante rojas o verdes en otros extremos eran demasiado pálidas y a sí variaban los tonos de las diferentes frutas. Algo fabuloso sucedió, Divise a unos metros una gran variedad de juguetes, mi corazón comenzó a latir fuertemente, sentí que volvía al pasado transportándome a los cinco años y recordé cuando venía con mi abuela a este preciso lugar y ella mágicamente sacaba una moneda y me la daba para comprar cualquiera de los juguetes que se encontraba aquí.

Un sonido extraño me mando devuelta a la tierra, al frente había unos pollitos enjaulados esperando la llegada de su liberación y al lado se encontraban unos pequeños patitos que esperaban por lo mismo. Me pareció cruel esta situación aunque para el público no es nada sorprendente. Me acorde de un reportaje que había visto en televisión, en un lugar de China había una feria similar a ésta pero en vez de tener pollitos, tenían otra especie de animales, como perros, serpientes y gatos. Para nuestra cultura sería extraño ver en una feria este tipo de animales vendidos para ser consumidos, ya que los perros y gatos los domesticamos para tenerlos en casa como mascotas y las serpientes están alejadas de nuestra realidad.

Seguí caminando, me detuve y observe una anciana con cabello blanco, ella vendía ajos me causo gracia esta escena ya que su corto cabello blanco se asimilaba con un enorme ajo, sonreí y seguí avanzando.
Comencé a divisar las verduras esos llamativos colores verdosos me sorprendían. Las lechugas, los espárragos, el perejil, el apio, causaban frescura en mi interior. Ese fuerte aroma a perejil se expandía por mis poros y me hacía imaginar una rica sopa.

El zapallo apareció encima de mis ojos, ese tono anaranjado me hacía recordar las veces que estuvo servido en alguna de las tantas comidas de mi vida. Un muchacho apareció entre los trozos de zapallo , su edad era aproximadamente de doce años, vestía una anaranjada playera tal como un zapallo, en este momento me parecía que los feriantes se mimetizaban cada vez más con el producto que ofrecían.

Hace bastante tiempo que no volvía a este maravilloso mundo. Cuando era pequeña lo hacia con mucha continuidad ya que tengo el privilegio de tener una vez a la semana la feria a unos metros de mi casa.
Pero el tiempo y mi poco interés por volver a sumergirme a este mundo habían borrado de mi mente los colores, sabores, olores de las personas, de las frutas, de las verduras y los mariscos. Volver a reencontrarme con los actores revivían mis recuerdos infantiles, recordé muchos rostros de los que había visto ya en mi infancia y fue muy grato el saludo de una señora, que hace varios años atrás vendía helados, aun lo recuerdo y siempre cuando acompañaba a mi abuela a la feria me compraba uno . Ahora aquella mujer vendía verduras y aun me recordaba, me preguntó por mi abuela y me encontró bastante grande, pues claro si ella me había visto pequeña y han pasado varios años de ese entonces.



Mi recorrido se acababa pero la obra aun no terminaba, faltaba mucho público por recorrer esta bella escenografía, público eso era realmente lo que faltaba, no visitantes porque visitantes hay por montón, el público es el que aprecia la belleza de los actores, el arte de la escenografía, el conectarse con el ambiente, escuchar el libreto, sentir los aromas, dejar que los recuerdos te invadan, el saber dar las gracias, el mirar con igualdad y valorar el esfuerzo de los demás. Muchos países no tienen la posibilidad de apreciar lugares tan simples y tan bellos, porque en lo simple está realmente lo bello. Muchos años fui una visitante y por primera vez me convertí en público, la obra ha acabado, es hora de volver a casa. Se cierra el telón.



sábado, 27 de diciembre de 2008

el peor

quién pensaría hace algunos años atrás que una pantalla insignificante tendría un mundo escondido? y en ese mundo extraño descrubrí al peor enemigo, que con sus tontas palabras que nisiquiera eran palabras si no letras, me hicieron sentir que era su amiga, me ha tirado sangre negra, me ha tirado flores, me ha matado con letras, me ha querido con insultos ese pequeño insecto humano que está detras de la pantalla y que me hace admirarlo.

recuerdos de mi china (ensayo sobre un texto que no recuerdo el nombre)

tal como para algunos una simple calle puede ser común y rutinaria, para algunas personas puede tener una historia, una vida, un recuerdo, quizás cuantas veces hemos pasado por un lugar sin pensar en todas las cosas sucedidas, sin apreciar lo bello que puede ser el lugar.
Desde pequeña he recorrido muchas veces la feria que se instala los días miércoles a una cuadra de mi casa, he visto a tantas personas que hacen las compras pero no aprecian lo bonito que es el lugar, cuando era pequeña me gustaba acompañar a mi abuela a comprar frutas ver la gran cantidad de colores, las manzanas que en algún lugar eran verdes en otros puestos de la feria eran más pálidas. Pero lo que más me llamaba la atención era la gran cantidad de juguetes que habían y siempre elegía el más llamativo y mi abuela mágicamente lo pagaba. A medida que fui creciendo me fui alejando de aquella feria ya no me agradaba verla instalada tan cerca de mi casa y sentir la mezcla de olores era aún más desagradable, antes podía decir vivo cerca de donde se hace la feria los días miercoles, ahora ya no lo digo porque me avergûenza un poco.
La feria ya no la veo con tanta continiudad ya que cuando salgo del colegio, está desarmada y paso por el medio del desorden en donde hay hojas de lechuga, frutas botadas, camiones guardando la mercadería. Pero sin embargo recuerdo cuando estuve en ese pasaje lleno de diversas cosas, desde frutas a ropa pero no me invade nostalgía si no más biencada día se hace más lejano a mi realidad.
La china del niño del texto la relacioné con mi china que era aquella feria y creo que al igual que él pasará a ser parte de mi pasado y no comprenderé que algo tan simple como estar en una feria para mí halla sido un mundo que me hacía olvidar que estaba a unas cuadras de mi casa.

caminamos

han pasado años desde ese entonces, pensé que ese amor infantil estaba marchitado, pero nuevamente floreció, y me siento niña otra vez.
pero todo ha cambiado ya no somos los mismos niños que mirabamos inocentemente al mundo, ahora nos damos cuenta de la verdadera realidad y nada es como ayer los sueños mierda son.
Hoy al reencontrarnos me conformo con ser tu amiga y soy feliz al verte feliz...